“No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”
Aristóteles

Cuando experimentamos una situación de conflicto nos invaden sentimientos de frustración, angustia y toda clase de interrogantes. Los percibimos como eventos altamente negativos y muchas veces no sabemos cómo afrontarlos de forma efectiva porque desconocemos sus causas y porque nuestra implicancia nos hace perder objetividad.
Cuando estas situaciones emergen en un grupo puede drenar energías, desgastar relaciones, desviar de los objetivos y detener su marcha. Ante esto, podemos tomar dos caminos, uno sostiene el malestar o lo profundiza, inclusive ignorar la situación puede engrosar su intensidad, magnitud y permanencia.
El segundo camino utiliza herramientas específicas y desde ciertas estrategias resuelve o transforma el conflicto de forma superadora, pudiendo aprender a anticiparnos a futuros conflictos, marcando un antes y un después que se refleja en una mejoría del clima grupal, impactando directamente sobre sus relaciones, rendimiento y producción.
Para tomar este camino, tendremos en cuenta dos cuestiones: la primera es que una adecuada gestión de un conflicto depende de la forma con la cual lo abordamos. La segunda, es que a veces olvidamos que poseemos una gran capacidad de acción para mejorar la calidad de vida de nuestros grupos y convertirlos en espacios de crecimiento y disfrute, potenciando los resultados y mejorando la calidad de los objetivos que se persiguen.
Por estas razones, les propongo instrumentarnos para habilitar esa capacidad de acción y desde fundamentos compartidos por la Sociología, la Psicología, la Conflictología y la Psicología Social obtener un conjunto específico de herramientas teórico-prácticas accesibles que son las formas para prevenir, gestionar y provenir conflictos.

Todos deberíamos disfrutar de la gratificación que produce agruparnos para lograr nuestros objetivos, sentirnos tranquilos, respaldados, colaboradores, incluso con mayor ánimo. Trabajar más a gusto nos motiva a resolver mejor los retos cotidianos y favorece el desarrollo personal y profesional.
En tiempos en que la realidad es dinámica y está repleta de desafíos, con un programa renovado y una completa batería de recursos comprobaremos que el trabajo en grupo como espacio satisfactorio, confiable, motivador y de crecimiento: es posible.

​