Quisiera compartir al menos parte de lo que significó para mí transitar el curso de "Escritura Terapéutica" en Cursa Virtual.

Recuerdo que en el primer encuentro la consigna fue presentarnos, sin dar detalles precisos sobre nosotros como por ejemplo, edad u ocupación, sino contar por ejemplo, el por qué de nuestra elección del curso. En mi caso, escribí que necesitaba encontrar un espacio para mí, porque la realidad es que a partir de una inmensa lista de responsabilidades, termino viviendo como un autómata, y estaba dándome cuenta que no me encontraba a mi misma, no encontraba mi esencia. 

Después de seis semanas de lecturas y actividades, y nuevos hábitos, agradezco profundamente a esos pálpitos que uno a veces siente, y fue lo que percibí cuando encontré la propuesta en la página.

Me inscribí y a partir de allí cada paso fue grato, desde tu atención por cuestiones administrativas o de soporte técnico, hasta la guía del curso, en este caso Marcela. Cada uno de ustedes ha sido cálido en el trato y todos también excelentes profesionales en la organización .

Por mi parte, y específicamente hablando del curso, tenía de antemano el conocimiento acerca del lado terapéutico tanto de la escritura como de la lectura, pero esta vez lo pude vivir en primera persona,  y ese propósito que planteé en la presentación, lo logré con creces. Pude encontrarme, hacerme un tiempo, detenerme y mirar hacia atrás, a cada etapa de mi vida y sanar algunas cosas que seguían doliendo, a pesar del paso del tiempo. Sentí algunas epifanías, vale decir ciertos descubrimientos acerca de cosas que no había entendido en su momento y ahora, al detenerme, se aclaraban. Me di cuenta de que me estaba escapando para no sentir. Hubo dolor, lágrimas, nostalgia, melancolía, tristeza y sobre todo y a pesar de todo, gratitud, porque pude vislumbrar el aprendizaje, al entender por ejemplo que podemos huir del dolor, pero en definitiva, en algún momento nos va a alcanzar. Entendí que podemos preservarnos y evitar situaciones difíciles, y que sin embargo tenemos que estar íntegros por si las situaciones difíciles ocurren de todos modos.

Al terminar el curso, después de leer tantas historias enriquecedoras, como por ejemplo la de Viktor Frankl "El hombre en busca de sentido" o "Paula" de I. Allende, pude recordar cada minuto de mi vida, desde los momentos más triviales hasta los más trascendentes, fue realmente un viaje hacia dentro y me hizo feliz, encontré rincones realmente maravillosos. Y lo mejor, pude dejar de fumar, como si fuera poco. Ni siquiera me lo había propuesto, aunque venía pensando en decidirlo y nunca encontraba el momento oportuno. No puedo explicar qué fue, darme cuenta que dentro del escape, también me llenaba de humo, para no ver con nitidez. 

Sólo puedo agradecer, para mi fue una experiencia memorable, y lo más extraordinario es que al igual que cuando uno aprende a andar en bici, también aprendemos a pensarnos a través de nuestras lecturas y nuestros propios textos, para no olvidarlo nunca más.

¡Muchas gracias!, Feliz vida a todos